domingo, 5 de diciembre de 2010

La salud sexual y reproductiva de los jovenes en América Latina y el Caribe

"En América Latina y el Caribe la población entre los 10 y 24 años de edad alcanzó 155 millones en el año 2000, lo cual representa alrededor de un tercio de la población total de la región.1 En esta región muchos jóvenes están teniendo relaciones sexuales, a menudo sin protección, lo cual los coloca en riesgo de embarazos no deseados, abortos inseguros, e infecciónes de transmisión sexual (ITS), incluyendo el VIH. Las investigaciones revelan que el embarazo adolescente sigue siendo frecuente en América Latina, y que en el Caribe la epidemia del VIH/SIDA es alarmante entre los más jóvenes. Sin embargo, algunas iniciativas para atender las necesidades de salud sexual y reproductiva de los jóvenes están dando resultados alentadores.

Edad al inicio de la actividad sexual varía mucho.

  • En general, en América Latina y el Caribe la edad de la primera relación sexual es significativamente más baja para los hombres que para las mujeres. Un estudio de jóvenes en 11 países encontró que la edad promedio de la primera relación sexual para los varones varía de 12.7 años en Jamaica a 16.0 años en Chile; para las mujeres, varía de 15.6 años en Jamaica a 17.9 años en Chile.2
  • En el Caribe, casi dos tercios de los adolescentes no han tenido relaciones sexuales. Del tercio de adolescentes con experiencia sexual, alrededor de la mitad reportó que su primera relación fue forzada. Más de la mitad de los varones sexualmente activos y alrededor de un cuarto de las mujeres adolescentes sexualmente activas reportaron ser menores de 10 años al momento de su primera experiencia sexual.3
  • Un estudio realizado en México reportó que 17 por ciento de los varones y cinco por ciento de las mujeres de 15 años ya habían tenido relaciones sexuales. A la edad de 18 años, la mitad de los hombres y un quinto de las mujeres reportaron ser sexualmente activos.4

Entre las adolescentes existe conocimiento sobre los métodos anticonceptivos pero su uso no ha sido suficientemente promovido.

  • En América Latina y el Caribe, 90 por ciento o más de las adolescentes conocen al menos un método anticonceptivo, excepto Bolivia (74 por ciento), Guatemala (68 por ciento), y Paraguay (89 por ciento). Sin embargo, los porcentajes de uso son bajos.5
  • En el Perú, entre las adolescentes no y sexualmente activas, el 27 por ciento usa métodos modernos, el 42 por ciento usa métodos tradicionales (ritmo o retiro) y el 28 por ciento no usa actualmente un método anticonceptivo.6 En Colombia, los porcentajes son 50, 30 y 19, respectivamente.7
  • En El Salvador, de las mujeres de 15 a 24 años con experiencia sexual, solamente el 10 por ciento reportó haber usado anticonceptivos durante su primera relación sexual.8

El embarazo y el aborto son frecuentes entre las adolescentes de la región.

  • Aumentos y descensos en el nivel de embarazos adolescentes han ocurrido en América Latina y el Caribe durante los últimos 20 años. En Ecuador y México, por ejemplo, el nivel ha disminuido entre 10 y 15 por ciento, y en la República Dominicana, Perú y Trinidad y Tobago, las adolescentes de hoy tienen 25 a 37 por ciento menos probabilidades de quedar embarazadas que las de hace una generación. Mientras tanto, ha habido poco cambio o ligeros aumentos en el Brasil, Colombia, Guatemala y Paraguay.9
  • En el Ecuador, el 20 por ciento de las adolescentes ha tenido por lo menos un embarazo.10 En Bolivia, el 14 por ciento de las adolescentes ya son madres o están gestando por primera vez.11 En el Noreste brasileño, el 17 por ciento de las adolescentes ha dado a luz alguna vez.12
  • En América Latina, entre el 10 y el 21 por ciento de las hospitalizaciones por aborto corresponden a adolescentes. Además, un tercio de las adolescentes hospitalizadas por aborto sufrieron de sepsis, en comparación con un cuarto entre las mujeres adultas.13 En el Perú, un tercio de las mujeres hospitalizadas por complicaciones del aborto tienen entre 15 y 25 años.14
  • En Chile y Argentina, más de un tercio de las muertes maternas entre las adolescentes son resultado directo de un aborto inseguro.14

Comportamientos de riesgo incrementan las posibilidades de contagio de ITS/VIH entre los adolescentes pero existe evidencia de cambios positivos.

  • Un estudio realizado en Trinidad y Tobago reveló que cerca de un cuarto de los varones y las mujeres sexualmente activos entre 15 y 24 años habían tenido relaciones con más de una pareja, y menos de la quinta parte reportó uso consistente del condón.4
  • En un estudio realizado en el Perú, el 50 por ciento de varones sexualmente activos y el 70 por ciento de mujeres sexualmente activas reportaron nunca haber usado un condón.4 Una encuesta en una escuela secundaria del Perú encontró que el 23 por ciento de los varones tenía una ITS.2
  • En un estudio de jóvenes varones en el Brasil, el porcentaje que reportó uso del condón en la primera relación sexual aumentó de cinco a 50 por ciento entre 1986 y 1999.15 En México, el 42 por ciento de los adolescentes sexualmente activos y el 36 por ciento de las adolescentes sexualmente activas afirmaron haber usado un condón en su primera relación sexual. Estos niveles son similares a los encontrados en países europeos.4

En el Caribe el VIH/SIDA está afectando a un número creciente jóvenes, especialmente a las mujeres.

  • Más de la mitad de todos los casos de SIDA reportados en el Caribe son el resultado de relaciones heterosexuales no protegidas. Actualmente las mujeres representan más de un tercio de los casos de SIDA en dicha región.16
  • En Trinidad y Tobago, el número de mujeres entre 15 y 19 infectadas por el VIH supera cinco veces al de sus coetáneos varones. En Jamaica, el VIH también se concentra cada vez más en mujeres adolescentes sexualmente activas.4

Algunos programas dirigidos a los adolescentes han logrado resultados alentadores.

  • En Colombia, un proyecto de integración de servicios amigables a los jóvenes a las clínicas de adultos, realizado por PROFAMILIA en 13 clínicas, logró un incremento del 37 por ciento en las visitas de los adolescentes para anticoncepción durante los primeros seis meses del proyecto en comparación a las visitas antes del proyecto. También se logró un incremento de 61 por ciento en las visitas ginecológicas y de 64 por ciento en las pruebas de embarazo para adolescentes.17
  • En el Brasil, un proyecto de educación sexual en las escuelas realizado por BEMFAM, logró un incremento del 14 por ciento en el conocimiento correcto de la transmisión de ITS/VIH, cinco por ciento en uso del condón en la última relación sexual y 10 por ciento en el conocimiento de dónde encontrar tratamiento para las ITS.18
  • En Chile, un programa de educación sexual comparó el grupo de intervención con el grupo de control y demostró haber promovido una actitud más madura y responsable frente a la sexualidad, elevado la edad de inicio sexual y el uso de anticoncepción, así como disminuido el número de embarazos adolescentes no deseados.19

Bibliografía

  1. Boyd A et al. The World's Youth 2000 Data Sheet. Washington, DC: Population Reference Bureau, 2000.
  2. Lundgren R. Protocolos de Investigación para el Estudio de la Salud Sexual y Reproductiva de los Adolescentes y Jóvenes Varones en América Latina. Washington, DC: Organización Panamericana de la Salud, 2000.
  3. Halcón L et al. A Portrait of Adolescent Health in the Caribbean. Washington, DC: Pan American Health Organization, 2000.
  4. Pisani E et al. HIV and AIDS in the Americas: An Epidemic with Many Faces. Geneva, Switzerland: Joint United Nations Programme on HIV/AIDS (UNAIDS), 2000.
  5. Blanc AK, Way AA. Sexual behavior and contraceptive knowledge and use among adolescents in developing countries. Studies in Family Planning 1998;29:106-116.
  6. Reyes J, Ochoa LH. Perú: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2000. Lima, Perú: Instituto Nacional de Estadística e Informática; Calverton, MD: Macro International, 2001.
  7. Ojeda G et al. Salud Sexual y Reproductiva: Resultados Encuesta Nacional de Demografía y Salud, 2000. Santafé de Bogotá, Colombia: PROFAMILIA, 2000.
  8. Asociación Demográfica Salvadoreña. Encuesta Nacional de Salud Familiar: FESAL-98: Informe Final. San Salvador, El Salvador: La Asociación, 2000.
  9. Alan Guttmacher Institute. Into a New World: Young Women's Sexual and Reproductive Lives. New York, NY: The Institute, 1998.
  10. Centro de Estudios de Población y Desarrollo Social. Encuesta Demográfica y de Salud Materna e Infantil, ENDEMAIN-99. Quito, Ecuador: El Centro, 2001.
  11. Sardán MG et al. Bolivia: Encuesta Nacional de Demografía y Salud 1998. La Paz, Bolivia: Instituto Nacional de Estadística, 1998.
  12. Gupta N. Sexual initiation and contraceptive use among adolescent women in Northeast Brazil. Studies in Family Planning 2000;31:228-238.
  13. Singh S. Adolescent childbearing in developing countries: a global review. Studies in Family Planning. 1998;29:117-136.
  14. Bernstein S. The State of World Population 2000: Lives Together, Worlds Apart: Men and Women in a Time of Change. New York, NY: United Nations Population Fund, 2000.
  15. UNAIDS. Report on the Global HIV/AIDS Epidemic. Geneva: UNAIDS, 2000.
  16. Marquez PV et al. HIV/AIDS in the Caribbean: Issues and Options. Washington, DC: The World Bank, 2000.
  17. International Planned Parenthood Federation. Integrating Sexual and Reproductive Health Services for Youth in Colombia. [IPPF/WHR Spotlight on Youth]. New York, NY: The Federation, [1999].
  18. ____. Working in Schools: Sex Education in Brazil. [IPPF/WHR Spotlight on Youth]. New York, NY: The Federation, [1999].
  19. Luengo X, Toledo V. Cemera, Chile: Integrating Sexuality Education and Health Services for Students. [Young Adult Reproductive Health Project Highlights]. Washington, DC: FOCUS on Young Adults, [1995]."Escrito por Cecilia Moya abril de 2002 © Advocates for Youth http://advocatesforyouth.org/component/content/article/447-la-salud-sexual-y-reproductiva-de-los-jovenes-en-america-latina-y-el-caribe
El anterior link les permitira mirar el artículo.

De acuerdo a lo descrito en el artículo anterior es dónde podemos ver la importancia que tanto a nivel gubernamental como privado se desarrollen programas de prevención sexual con la población adolescente tanto con las mujeres como con los hombres menores de 20 años a nivel de América Latina para que dicho grupo poblacional logre reconocer el grado de importancia del manejo de los medios anticonceptivos y del peligro latente de las ITS (Infecciones de transmisión sexual) y todo esto este acompañado de la educación a las familias sobre el mismo tema ya que ellos son parte esencial del desarrollo de los adolescentes durante dicha etapa de sus vidas por lo cual la formación debería ser para todos los seres humanos independiente de la jerarquía que se tenga al interior del nucleo familiar.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Padres adolescentes aumentan, pero también asumen mejor la crianza de sus hijos

"Cuando Alejandra Viertel (19) se enteró de que estaba embarazada cursaba cuarto medio y se preparaba para rendir la PSU. La noticia la mantuvo con insomnio durante varias noches seguidas: ¿qué pensarían sus padres?, ¿qué pasaría con sus aspiraciones de seguir estudiando? ¿y qué diría Moisés?, su pololo de hacía un año y medio, de su misma edad y que también tenía planes para entrar a la universidad. Cada año, casi 40 mil niños nacen de madres adolescentes (menores de 20 años), una estadística que Chile no ha logrado bajar, pese a todos los esfuerzos en prevención y a la que, ahora, se suma otro fenómeno: el sostenido aumento de hombres que son padres también antes de cumplir las dos décadas de vida.

Los investigadores del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer José Olavarría, Ximena Valdés, Rodrigo Molina y Roberto Celedón analizaron las tasas de fecundidad adolescente desde 1960 en el país y comprobaron que el número de menores de 20 que se convierten en padres se triplicó durante las últimas cinco décadas, pasando de 4.445 a 12.624. Y mientras en 1960 representaban el 1,7% del total de padres, hoy equivalen al 5,3%. "Hay una realidad nueva, que es la paternidad del hombre adolescente, que se elevó sobre todo desde los años 90 y que va a seguir creciendo", dice el sociólogo José Olavarría.

Pero en medio de este panorama poco alentador, hubo un aspecto que llamó la atención de los investigadores. El estudio "Madres, Padres y Familias de Adolescentes en Chile" también incluyó numerosas entrevistas a padres adolescentes de tres localidades del país. Y descubrió que hoy, como nunca antes, los jóvenes están mostrando un fuerte compromiso con la paternidad, con la crianza de sus hijos.

Tal como sucedió con Moisés. "Como sea me haré cargo de mi hijo", le dijo a Alejandra, cuando le contó. A fines de 2008, ella recibía su diploma de secundaria y rendía la PSU con siete meses de embarazo. El cumplió su promesa. Desde que nació Franco, ayuda a Alejandra -que congeló el primer semestre de Pedagogía en la U. Católica- en tareas como mudarlo o hacerlo dormir. El dinero que consigue lo invierte en pañales y leche. Y su tiempo lo divide entre trabajos esporádicos, sus estudios en Electricidad Electrónica y las horas junto a su hijo, de un año y ocho meses. "Para mí, mi familia somos los tres y ahora tengo que trabajar más para mi hijo", dice.

Cambio de actitud

"En un estudio hecho en 1996, los papás adolescentes lo escondían y desaparecían del mapa. Ahora encontramos que los visitan, comparten con sus hijos y se comprometen con ellos", agrega Olavarría.

Bastián Gajardo (20) es uno de ellos. Es papá de Benjamín (1) y tiene una agenda bien definida. La mañana de los martes y viernes cuida al niño, mientras su polola, Dominique Menetrier (20), va a la universidad. En la tarde, se lo lleva a su mamá o a su suegra para él también ir a estudiar. Los miércoles son sus días libres, que comparte con su Dominique y Benjamín en la casa de ella. Los fines de semana, en cambio, trabaja en eventos infantiles para cubrir los gastos de leche, pañales y médicos de Benjamín. "Me siento comprometido, pero no como debería. Me falta la estabilidad económica, la casa, estar bien como familia", dice.

En la investigación, este sentimiento de responsabilidad se nota en la mayoría de los padres entrevistados, dicen los sociólogos. "Uno tiene que esforzarse por el niño, que en el fondo tenga una buena base emocional para su vida. Esa es mi responsabilidad para él", dice en el estudio un joven de 20 años que tiene un hijo de tres años. Otro padre, de 16 años y con una guagua de ocho meses, afirma estar dispuesto a hacer todo por su hija: "Creo que soy un buen papá porque me preocupo de ella. Cuando está enferma prefiero mil veces faltar al liceo y acompañarla al consultorio. Si le falta un remedio y no tengo plata, me lo consigo".

Para los investigadores, este cambio profundo que muestran los adolescentes hacia la paternidad tiene una explicación clara y que es evidente en cada conversación con ellos. Ellos han aprendido a separar la relación que tienen con su polola de la que tienen con su hijo, entendiendo que con el niño el vínculo será para siempre. "Una cosa es mi relación con la Dominique y otra es mi hijo. Yo siempre voy a estar para lo que él necesite. No voy a ser un gallo que me escape. Es mi hijo", dice Bastián.

"Hay una proporción creciente de varones de esta edad que sigue preocupándose de su hijo, aunque se quiebre su relación con la madre", dice Olavarría.

Rodrigo Molina opina que el empoderamiento de la mujer ha sido decisivo en esta mayor valoración de la paternidad, al convertir la relación de pareja en algo mucho más incierto para los hombres. "Los cambios culturales han generado en ellos una necesidad de traspasar el vínculo emocional que antes tenían con la pareja a la relación con el hijo. Para el hombre, ahora esta es una relación más segura que con la pareja. Eso lo ven en sus parientes, donde la vida de padre es lo más importante y la relación más significativa", dice.

Un nuevo tipo de familia

Los expertos ya se atreven a hablar de un nuevo tipo de familia. De hecho, el número de niños que tienen papá y mamá menores de 20 años se incrementó casi siete veces (665%) entre 1950 y 2005. A mediados del siglo pasado, el 6,8% de los hijos de madres adolescentes tenía también un padre adolescente. En 1990, esta cifra subió a 17,5% y ahora es de 29%. "Hay un tipo nuevo de familia. Este es un proceso que emerge en los últimos 20 años y que en los últimos 10 se ha incrementado. La tendencia seguirá porque hoy las adolescentes tienen más intimidad con hombres de su misma edad", dice Olavarría.

Según datos de la encuesta Casen, sólo el 3,6% de las familias adolescentes está compuesto por matrimonios, el 26,4% convive, el 1,2% está separado y el 68,9% está soltero, es decir, siguen viviendo con los padres.

Es el caso de Paola García (18) y Andrés Sanhueza(18). Ella fue mamá hace seis meses y este año termina de cursar cuarto medio en un establecimiento particular de La Reina. Desde que nació su hijo, la rutina comienza a las dos de la madrugada para amamantar, sigue tres horas después con una nueva papa y luego prepararse para el colegio. Viste a su hijo, se pone el uniforme y su mamá la acompaña a dejar a su hijo a una sala cuna. Y aunque el timbre del colegio suena a las ocho, tiene permiso para llegar 15 minutos más tarde.

Su pololo, Andrés, se sabe esta rutina de memoria, pero no la ha compartido. Este estudiante de primer año de Ingeniería Comercial de la U. de Chile vive con sus papás, una situación que le pesa. "Lo más difícil es ver poco al Andresito. Es complicado porque vive con ella, en su casa. A veces dejo de ir a algunas clases para estar con él o cuidarlo", dice. Lo mismo se repite con muchos otros jóvenes entrevistados en el estudio. "A veces me da pena no ver mucho a mi hija, porque no vivimos juntos e igual tengo que trabajar", decían un papá de 16 años.

Andrés explica que tienen planes de vivir juntos cuando él termine la universidad, pero tanto en su caso como en el de los demás papás, siempre está como imperativo tener el título en la mano. "Lo más importante es sacar la carrera. Así podremos vivir juntos y no depender tanto de los demás con la plata", dice Bastián.

Todo es más fácil para estos jóvenes cuando sus padres los incentivan a titularse. Algo que no siempre pasa, provocando que los jóvenes padres, que cada vez están más comprometidos, dejen de estudiar. Un joven de 17 años que abandonó sus estudios en Iquique, contaba a los investigadores que su objetivo había cambiado. "Me gustaría estudiar, pero yo creo que lo primero es formar una familia, un trabajo que me permita mantener a mi hijo y a ella y después ver si algún día se puede estudiar". En general, los abuelos son clave, tanto en el apoyo económico como en el emocional. "Los abuelos maternos también se preocupan de su "yerno". Los incentivan a ambos para que continúen sus estudios", dice Olavarría.

Así lo ha hecho la familia de Andrés. En las tardes, alguno de sus familiares iba a buscar a Paola al colegio y a su hijo a la sala cuna, para que ella pudiera ir a hacer las tareas a su casa y él asistir a clases.",fuente: por Noelia Zunino Erlauer para Suplemento Tendencias - 01/12/2010 - 14:36

Después de leer este artículo nos podemos dar cuenta que el ser padre adolescente no es un fenómeno sino una realidad y que no solo es de Colombia sino de Latinoamérica y que se debe continuar con la prevensión para que esa taza de adolescentes padres antes de los 18 años sea menor ya que esto si no se cuida se va a convertir en una demanda económica para cada país Latinoaméricano en dónde sus sistemas de salud no van a poder responder a dicha demanda siempre y cuando la taza siga en aumento cosa que entre todos podemos colaborar para que disminuya, ¿Cómo? pues a partir de escuchar o leer vivencias de Pares o iguales,de continuar enseñando el correcto huso de los métodos anticonceptivos y de el cuidado ante las ITS (Infecciones de Transmisión Sexual),del acompañamiento de la familia y de la sociedad en general.